El Rincón del Cascarrabias

Debuta en estas plataformas de 55más este servidor de todos ustedes con una colaboración que puede resultar molesta, como molesto me parece a mí casi todo lo que el resto del mundo -sí, incluidos ustedes- hace, piensa o propone; o deja de proponer.

Advertencia: aquí se habla de usted. No de usted en lo personal, sino con el tratamiento de usted. Porque es muy probable que no tenga yo el gusto de conocerle, por un lado, y porque eso representa mi respeto. Y sí, me gusta que usen para conmigo ese tratamiento, excepto con mi gente más cercana. Ojalá usted forme eventualmente parte de ese círculo. Y si no, tampoco importa; nos seguimos hablando de usted y ya.

No es mi intención molestar, desde luego. Tampoco darles gusto a todos, eso es imposible. Los temas por tratar aquí serán variados: habrá de todo, aunque trataré en lo posible de evitar temas de política o religión; lo primero porque me provoca acidez y lo segundo porque los asuntos de conciencia son asuntos personales en los que nadie tiene derecho a meterse.

De  todo lo demás sí: de mis vecinos fiesteros -al menos uno de ellos tiene la cortesía de avisarme cuando va a tener fiesta y así puedo evadirme esa noche- y su horroroso ruido muchas veces reguetonero, sea lo que sea eso, porque música, desde luego, no es.

De cocina: de cómo y por qué cada vez que quiero hacer una receta que me interesó al ver publicada, nunca me sale; ni a la primera ni a la enésima.

De bar y bares: es decir, coctelería, hoy coquetamente llamada “mixología” y de lugares a asistir con la cuatitud.

De viajes, vehículos y sus fallas, sus tremendos costos, su incomodidad… qué sé yo.

De trabajo, más bien poco. Pero en fin, algo habrá.

De aficiones y “hobbies”, con sus trampas, nunca son lo que parecen.

De familia, amores, educación, interiorismo -no el de decorar casas, sino los interiores de la conciencia personal y alrededores-.

De la ciudad y sus asuntos, empezando por la casi inexistente civilidad. De una vez advierto: detesto en las calles a los ciclistas, a los motociclistas, a los taxistas, a los microbuseros y a los que se sacan los mocos en los semáforos o atorones de tránsito. También a los que “limpian” parabrisas.

Etcétera, en el más latino de los sentidos de la bella palabra. Estaré aquí a sus órdenes, -iba a decir que con mucho gusto, pero la verdad no creo que sea así-.

¿Cada cuándo encontrarán algo nuevo en este rincón, me preguntan? Pues cada que tenga algo que decir. Si es diario, así sea. Si es dentro de quince días, más o menos, así sea. Otra cosa: no me voy a identificar, no vaya a ser que alguien me quiera dar un descontón en la calle un día. Pero pueden dejar aquí sus comentarios. Como dije, sin la seguridad de que sean contestados o siquiera leídos. Pero con suerte nos ponemos a dialogar.

Por lo pronto, ¿no le parece a usted que ahora que ha quebrado el día, brindemos con un sabroso Negroni? Eso sí que nos dará mucho gusto.

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