El 6 de enero se celebra la fiesta de la Epifanía, o Día de Reyes. El término epifanía es de origen griego y quiere decir “manifestación”, “revelación” o “aparición”.
Esta celebración se originó en Oriente, pero pasó a Occidente durante el siglo IV, y simbolizó la fiesta del bautismo de Jesucristo.
Durante la Edad Media, el pueblo cristiano convirtió la Epifanía en la fiesta de los tres Reyes Magos.
Los tres reyes eran Melchor, rey de Persia; Gaspar, rey de Arabia y Baltasar, rey de la India.
Según una de las versiones que existen al respecto, los tres reyes eran hermanos y viajaron durante nueve meses para estar presentes en Belén en el momento del nacimiento de Cristo. Los diferentes tres tonos de la piel de los tres reyes fueron adjudicados por la imaginación del hombre del Medioevo, para representar a las tres razas humanas que se conocían en aquella época.
De acuerdo con otra versión, la llegada de los magos a Belén ocurrió entre dos y tres años después del nacimiento de Cristo.
A los tres reyes se les llama “santos” y “magos”, no porque lo fueran propiamente, sino porque poseían una vasta erudición y una bondad muy cercana a la santidad.
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