Palmita y los trenes Por Patricia Torres Maya

Después de insistir e insistir para que San Pedro me concediera la entrevista anhelada, la solicitud fue atendida. Doña Palmita, como le decimos a la fecha, me atendió en el salón fumador del tren Expresso de Oriente.

Ahí me esperaba mi bisabuela Palma Estrada de Sáenz Legorreta. Nadie como ella para hablarme de por qué es necesario volver a contar con trenes en nuestro país, tema para el cual solicité la entrevista, dada la importancia que el tren tiene en la historia de mi familia del lado materno, de mi linaje femenino, como se dice hoy día.

De ojos claros y fríos, me mira, sin embargo, con dulzura. Me pregunta: -Eres nieta de mi hija Ramona Micaela, casada con ese caballero de nombre Gregorio,¿ verdad? Mestizo, él, pero guapo y próspero, sin duda-.

“Mas no nos desviemos del tema”-, me dice mientras un camarero le enciende un puro. “Mira, mi Niña. Cuando me quedé viuda, con seis niñas y dos niños, y a cargo de “Santa Bárbara”, nuestra Hacienda en Chihuahua, si no fuera por el tren de exiliados que salía de Juárez, huyendo de las huestes de Pancho Villa, para de ahí tomar otro tren a El Paso, Texas, hubiéramos sido víctimas de la Revolución.

Nuestro caporal nos ayudó a llegar a “Juaritos”, bajo la pastura de una carreta. “No griten si los de Villa pinchan la paja”, nos dijo. “Yo voy a decir que la llevo para mi General. “Y así lo hicimos, Patricia. O sea, mi Chula, si no hubiera habido tren, tú no existirías, para acabar pronto”-.

Y añadió: -Cuánto bien haría a México volver a tener ferrocarril. “Pero no sigo, Patricita -así te decía tu abuela, mi hija, verdad?- porque ya es meterme en política, y eso no corresponde a una señora de mi clase, ni Pedro me deja, jaja.

“Mi tiempo ha terminado ya, y la Señorita Marisa está esperando mi entrevista para su precioso blog 55más– Salúdamela mucho, por favor-

Y despidiéndose, me dice: -Cuando llegues por allá, a los cielos, que espero no sea pronto, y que te portes bien, platicamos ya más a gusto. “Y te invito un tecito de menta de esos que te gustan.” “¿Te parece?”- Sin esperar mi respuesta, y diciéndome lo anterior, mi bisabuela Palma, con gesto regio y señorial, se levantó del gabinete y salió del salón comedor con ayuda del camarero.

Con su perfume en mi corazón empiezo a redactar la entrevista para entregarla, con mucho gusto a mi querida Marisa de León Arriola.

Patricia Torres Maya

Taller de Escritura Amaya Blas

Enero 25, 2023

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