¿Ha usted escuchado o leído algo sobre “ChatGPT”? ¿O sobre “Dall-E 2”? Son dos aplicaciones o programas desarrollados por la empresa OpenAI, de los Estados Unidos, que hacen una realidad patente la llegada de la inteligencia artificial en nuestra vida cotidiana. Vamos por partes:
El “ChatGPT” es un redactor de textos inteligente. Puede usted pedirle lo que quiera, por ejemplo: un ensayo en cuatro páginas sobre la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz en polaco con el estilo de Henryk Sienkievicz. Y lo hace en unos cuantos segundos. En muchos idiomas, de cualquier tema. Se lo pide usted en una pantalla que parece en efecto de “chat” y delante de usted comienzan a aparecer las palabras, oraciones, párrafos y páginas solicitadas. Pídale una carta de felicitación para su prima que acaba de ganar una codiciada beca y la hará en segundos; en español, o el idioma que le pida. Escribe código también, es decir, es capaz de escribir programas de cómputo y aplicaciones.
Uno de los primeros retos de este “ChatGPT” son las tareas escolares: ¿cómo saber ahora si la escribió el alumno o la inteligencia artificial? ¿Cuáles serán los efectos sobre el sistema educativo tradicional? Algunos predicen la quiebra o cierre de muchas universidades. Otros piensan que es una herramienta prodigiosa y magnífica.
Si lo anterior impresiona, imagínese algo similar pero que en lugar de textos genera imágenes. En la misma forma que el anterior, Dall-E 2 recibe la petición en un cuadrito de texto, en el que usted describe con palabras la imagen que desea generar. Por ejemplo: un caballero medieval a caballo en medio de un embotellamiento en la Ciudad de México equipado con un teléfono celular y una lanza. Y la imagen que genera es esta:
Otra opción:
En unos cuantos segundos.
Saludos,
@maestrovigil
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