¿Por qué los ostiones y las ostras son avivadores de la pasión?
A medida que pasa el tiempo y bajan los niveles de testosterona deben entrar en acción los avivadores de la pasión. El deseo merma y debe ser sustituido por caricias y elementos afrodisiacos para que esa chispa se encienda y fortalezca a la pareja. El sexo no tiene que interrumpirse con la edad y mucho menos dejar de disfrutarse. Si lo hemos gozado en etapas anteriores de la vida es posible seguir haciéndolo. Solo falta tener ganas y ser creativos. Esto, además, se convierte en algo divertido que nos sube la autoestima y contribuye a una sensación de plenitud y bienestar.
Elementos que contribuyen al deseo sexual: zinc, serotonina, Omega 3, vitamina D y Yodo.
Vamos a analizar el caso de los ostiones y las ostras, el afrodisiaco más popular del mundo. Hay quienes dicen: “con uno que me salga bueno…” y se refieren a que eso puede mejorar su desempeño sexual. Esto se debe a que tienen un alto contenido de zinc, que es básico para la producción de testosterona y que favorece el apetito y la potencia sexual. Su aportación nutricional está vinculada con la sexualidad y la reproducción.
Las ostras y los ostiones contribuyen también a la secreción de serotonina, que genera sensaciones de bienestar, aumenta la autoestima y es conocida como la hormona del placer.
Unas buenas ostras son ricas en Omega 3, un ácido graso que favorece la erección pues aumentan la vasodilatación.
Otro elemento relacionado con la fertilidad es la vitamina D, por contribuir a elevar la producción de óxido nítrico, también asociado con la vasodilatación, y, por tanto, de la erección.
El Yodo es un catalizador positivo más para el desempeño sexual pues contribuye a optimizar los niveles de energía. Cuando estamos energizados somos más proclives a tener deseo sexual.
El poder afrodisiaco de los ostiones y las ostras comienza con su poder de seducción.
Nada es más irresistible que un ritual de seducción. Cuando sabemos que hay en puerta un momento especial en el que “todo puede pasar” la fantasía comienza en cuanto empezamos a anticiparlo.
Una comida muy pesada puede dar paso a la modorra, un enemigo de la pasión, que la extingue y reduce a la persona a un bulto semejante a una boa constrictor que debe tirarse a digerir.
Los ostiones y las ostras son muy nutritivos, como hemos visto, y proporcionan la energía que se requiere para ponerse a tono con la ocasión. Son ligeros y su poder de seducción está en varias cosas.
- Se comen en ocasiones especiales
Son perfectos para una celebración, ya sea un cumpleaños, un aniversario o una velada especial. Esto nos hace dedicar unos minutos más al arreglo personal y es muy probable que la cita sea en un lugar lindo en donde no tenemos que trabajar para llevarlos a la mesa. Todo contribuye a la magia de la ocasión.
- Se comen con las manos
Las manos -y sobre todo la punta de los dedos- son el órgano principal del sentido del tacto, que es el más sensual de nuestros sentidos. Son una suerte de “extensión del paladar” que anticipa el placer que está por llegar a nosotros. Comerlos con las manos nos permite tocar su sugerente concha y tomarlos con la punta de los dedos es evocar el suave sex appeal de una uva. Y, por sobre todo esto, comerlos con las manos es divertido.
- Se llevan a la boca
Atraer la atención a la boca es un poderoso elemento de seducción. Los labios son una de las partes más sensuales del cuerpo pues con un primer beso es posible saber si una relación puede tener futuro, o no. Un humedecimiento de los labios es una señal inequívoca de “me gustas”, por lo que atraer la mirada a la boca es entrar en un juego de seducción. Cada ostra es una invitación a la sensualidad.
- Se succionan
Durante el encuentro sexual una pareja se prodiga caricias diversas – ya sea en los labios o en la piel- y la succión es una de ellas. Esto, al hacerse en otra situación, nos remite inconscientemente al juego erótico. Cada ostra debe acercarse a los labios y succionarse para atraer al paladar los exquisitos jugos que se desprenden de su aliño. Esto obliga a movimientos suaves, cadenciosos y felinos que contrastan con una cena de tacos en la que chorrea la salsa y se estropea el arreglo -esa es para otra ocasión, que también tiene su gracia-.
- Se acompañan de vino
El maridaje perfecto para las ostras y los ostiones es acompañarlos de vino blanco o champaña y este es un auspiciador de un acercamiento erótico pues se derriban barreras. Se adormecen las capas superiores del cerebro, donde está ubicada la conciencia, el sentido del bien y el mal, y favorece el encuentro. Pero, no olvidemos que el alcohol es un inhibidor del sistema nervioso central, que es el que transforma los estímulos sexuales que están en nuestro entorno y los convierte en excitación, por lo que si se bebe de más es muy probable que no se logre consumarlo.
La seducción es un arte que no debemos perder. Es la que nos permite mantener esa chispa que nos hace sentir tan bien y que estrecha los vínculos con nuestro compañero o compañera. Si estamos en una relación de muchos años nos ayuda a mantener eso que sentimos al principio, aunque experimentado de forma menos intensa. Si queremos rehacer nuestra vida y buscar una pareja, la seducción es nuestra aliada y nos ayudará a lanzar el mensaje en el momento apropiado.
Lo importante es no abandonarnos a pensar que no somos atractivos para los demás, no obstante, la edad y los cánones de belleza hay hombres a los que les gustan las mujeres reales y mujeres a las que les gustan los hombres de verdad.
Y más aún, conservar por siempre el gusto por lo sensual, ese que tanto placer nos da a los cinco sentidos.
Fuentes:
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