Cinco maneras de preparar huevos para el desayuno

A casi toda la gente le gusta desayunar. Entre quienes gustamos de hacerlo, a casi todos nos gusta desayunar huevos, los cuales pueden prepararse de muchas formas. Aquí compartiré con ustedes mis cinco maneras favoritas para cocinarlos, esperando que sean ustedes tan amables de incluir en los comentarios cuáles son sus preferidas, coincidan o no con las de un servidor.

  1. Huevos a la mexicana. Revueltos, con cebolla, jitomate y chile verde picados, sazonados con sal y pimienta, acompañados por unos sabrosos frijoles refritos y un delicioso jugo de naranja. A mí me gusta complementar con tortillas de maíz y de hecho, hacer unos deliciosos taquitos de huevo.
  1. Huevos rancheros. Fritos, presentados sobre una tortilla de maíz frita también y bañados con una salsa más o menos picante que puede ser roja -de jitomate, cebolla y chile- o verde -de tomate verde o tomatillo, chile, cebolla-. A un lado los consabidos frijoles refritos o de la olla.
  1. Huevos benedictinos. Pochados, servidos sobre un “scone” o bisquet en el que se ha colocado una rebanada de jamón o lomo canadiense o bien salmón, bañados en salsa holandesa y acompañados por una guarnición al gusto de cada quien.
  1. Huevos estrellados con tocino. Simple: huevos fritos acompañados por tiras de tocino fritas hasta que queden crocantes. Todo un clásico. Con su pan tostado, para “sopear” las yemas, una delicia.
  1. Huevos motuleños. Estrellados, en un recipiente hondo, llevan hasta chícharos y son buenísimos. Acompañados por pan blanco y un buen jugo de frutas.

¿Cómo prefieren ustedes su desayuno? Hay quienes no gustan del huevo, o no consumen por motivos variados. Lo que es un hecho es que se trata de un alimento rico en proteínas, muy económico considerando lo que ofrece y como todo, sin abuso, debe formar parte de nuestra dieta cotidiana. 

Los desayunos son todo un tema. En lo personal, es mi comida preferida del día. La que más disfruto, la que tiene los sabores que más me gustan.

Un buen desayuno debería incluir, para un servidor, lo siguiente:

Un vaso de jugo de frutas, preferentemente cítricas. Un delicioso café fuerte, de primeros auxilios, necesario para despertar del todo.

Pan dulce: mis favoritos son los cruasanes, esos “cuernitos” a base de pasta hojaldrada y harta mantequilla que con mermelada de naranjas amargas es delicioso. 

Huevos, tortillas o pan tostado o pan blanco. Ya en el colmo de la felicidad, chilaquiles; y cómo no, alguna fruta como un mango, un plátano, papaya, chico zapote o mamey. Oiga usted, en días de guardar, le agregaría hasta un chicharrón en salsa verde o roja… ¡qué rico! Y ya e esas… pues una buena cervecita, al cabo que ya es almuerzo.

EVH

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