Manel Pujol Baladas, pintor de abolengo por derecho propio

La maestría en la pintura de Manel Pujol Baladas se deriva de su genio a caudales y del aprendizaje de sus padres espirituales y maestros, Picasso, Miró y Dalí -los tres grandes de España del siglo XX- que son parte de su gran formación como artista, son su escuela y “las escuelas sirven para después darte las bases para poder ser libre”.

“Tuve la suerte de muy joven de expresarme a través de la pintura y de conocer a pintores importantes y saber escuchar; es un ejercicio primero de aprendizaje y después de maduración”. “Se aprende no solo a pintar, se aprende a que tu vida tenga un sentido, a respetarte y a respetar a los demás”, dijo en el episodio 16 de 55más, el podcast.

Miró y los primeros recuerdos

El primero que conoció su obra de casualidad fue Miró porque había una relación con sus papás que le dijeron “mira lo que hace mi hijo”, y él, muy prudente, respondió “muy bien, estupendo, que estudie y ya cuando tenga más edad si continúa dibujando ya lo veré qué hace, pero de momento no lo achuchen, no lo hagan pintar a todas horas porque si no, aburrirá la pintura”.

“En ese entonces tenía seis años, era como todos los niños que a los seis años todos somos pintores, y a los 15 o 16 todos somos poetas, son fases de la vida, todos tenemos algo de poeta, de pintor; lo que queremos ser es nosotros mismos y no seguir las pautas que te marca la sociedad o una familia que en aquel momento pensaba que después vendría una guerra terrible en España y lo mejor era asegurar el porvenir a través, no solo de un oficio sino de tener una profesión.”

Sus padres espirituales

“He tenido la suerte de tener muchos padres, físicamente tuve uno, pero espiritualmente tuve varios. Tuve a Kandinsky y antes tuve a Rembrandt, a Velázquez, a Vermeer -de quien aprendí la óptica y la luz-, como también he tenido a los impresionistas, a muchos de las Balhaus, como Piet Mondrian, -el constructivismo.”

Una lección inolvidable

Miró y yo coincidimos un día y yo estaba haciendo una litografía, la estaba haciendo sobre piedra (como es lógico) y el fondo era muy plano, no me salía, estaba muy enfadado y me dijo, métele un negro como de base y de golpe salió el primer plano y salvé todo. Esto es una lección inolvidable”.

Miró me enseñó el espacio, la composición. Picasso, me enseñó la libertad creativa y la ética como persona. Picasso fue un hombre ético, siempre pensó de una manera y nunca se bajó los pantalones ni cambió de idea política. El defendió la libertad del ser humano y a través de eso su obra fue así, fue evolucionando por distintas etapas porque él, como persona, a nivel espiritual evolucionaba y su lenguaje cambiaba.

“En la vida uno tiene que ir con la cara alta, yo a quien me quise fue a Picasso, a Miró y lo demás es trabajo”.

El rompimiento con Dalí

“Uno que de joven dices que eres anarquista, sales de Madrid y eres revolucionario y resulta que eres republicano y después eres monárquico y después eres fascista y te casas con el fascismo, que en aquél momento era el poder y el dinero, me parece una vergüenza”.

“Pero pintaba muy bien y hay que separar el artista del ser humano, porque todos como seres humanos podemos tener muchos defectos, pero él como artista fue un gran artista”.

“Yo pinté mucho para Dalí, pero cuando hubo la imperiosa obligación de firmar yo le dije que solo firmaba mi obra. Y aquí empezó un problema, me sabe mal, pero estaba mal.”

La música en la obra de Pujol

“Yo trabajo mucho con la sinestesia de las artes, el pintor es un crisol que absorbe de todo. La música que yo pinto es la que me pasa por la piel, que me llega al corazón, yo expreso lo que siento.”

“He creado un lenguaje entre la música y yo. También me pasa con la poesía, la poesía es un mundo, te descubre un mundo. Parto de estas bases que me hacen sentir, que me hacen reconocerme por dentro”

“En mi pintura te ofrezco un mundo para que viajes porque el objetivo lo tenemos presente; en cambio el subjetivo te lo hago vivir, te hago descubrir este mundo que no lo vemos con los ojos pero que lo vemos con el alma.

Pujol Baladas es un hombre de convicciones. Su extraordinaria vena creativa y su capacidad para plasmar en el lienzo las sensaciones que brotan de sus cinco sentidos es inmensa. Ha transitado por varios caminos hasta conformar eso que nos presenta cada día, eso que nos sorprende y que nos atrapa. Y, por fortuna, hay Pujol Baladas para rato.

La exposición en curso de Manel Pujol Baladas es en la Galería de arte Gelover, en Insurgentes Sur 4342, en Tlalpan. Estará durante el mes de junio de 2023.

Si quieres escuchar la entrevista completa con el fascinante Manel Pujol Baladas lleva el cursor hasta abajo y allí encontrarás el vínculo. Te esperamos en 55más, el podcast.

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